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PARA SABER MÁS SOBRE... DINOSAURIOS

¿Cómo eran los dinosaurios?, ¿cómo vivían y qué comían?, ¿todos eran iguales?, ¿cuánto hace que poblaron la tierra?, ¿por qué ya no existen?, ¿cómo saben de ellos los científicos?, ¿cómo hacen para encontrar sus huesos?, ¿qué saben cuando estudian los fósiles?...

Los niños pequeños, en general, se sienten muy atraídos y cuentan con información sobre la forma de vida y características de los animales que vivieron en el pasado. En especial, la vida de los dinosaurios es una temática que resulta muy movilizadora e impactante para esa edad. Ya sea porque han leído textos ficcionales acerca de los dragones –personajes de ficción que comparten ciertas características con los dinosaurios– o porque es un tema que los convoca, la realización de un proyecto para conocer más sobre estos gigantes de existencia real es una buena oportunidad para recurrir a fuentes de información escrita que se encuentran en abundancia y en distintos formatos.

La práctica de leer y escribir para saber más sobre un tema de interés no requiere ser argumentada en la vida escolar; está presente continuamente en actividades habituales y secuencias de estudio de diversas disciplinas. Un proyecto para aprender sobre un tema de interés favorece la formación del estudiante, promueve la búsqueda y selección de información, la lectura para ampliar conocimientos y la escritura para su registro.

Producto final

Usted puede elegir diferentes opciones, tales como:

● Elaborar un fascículo o revista sobre dinosaurios que incluya diversos textos informativos referidos al tema: textos enciclopédicos, epígrafes de fotos, infografías, curiosidades, etc.

● Producir una cartelera con textos informativos sobre el tema, para completar periódicamente.

● Organizar una cartelera de “curiosidades” sobre la vida de los dinosaurios.

● Confeccionar un Álbum de figuritas de dinosaurios acompañado de epígrafes explicativos

Duración aproximada

Un bimestre del ciclo lectivo escolar. Según el producto elegido para el proyecto será la frecuencia semanal de trabajo destinada al mismo.

Propósitos didácticos

Si el docente genera las condiciones didácticas necesarias, se espera que los alumnos puedan:

● Seguir la lectura del maestro apoyándose con mayor precisión en indicadores del texto: títulos, subtítulos, rótulos, referencias, epígrafes.

● Distinguir textos literarios de informativos.

● Localizar información: de manera pertinente, a partir de interrogantes previamente discutidos, en bibliotecas áulicas, institucionales, Internet.

● Evocar otros textos a partir del leído o escuchado e interpretar a partir de lo que se sabe de otro texto.

● Relatar la información encontrada y confrontar con otros su pertinencia.

● Localizar información específica en un texto completo.

● Usar la escritura para registrar y organizar información relevante.

● Diferenciar entre lo que se dice y se dicta cuando escriben colectivamente un texto informativo.

● Colaborar en todas las etapas de producción de un texto propio o colectivo: planificación, textualización, revisión.

● Releer para editar.

 

Etapas previstas

● Presentación del tema.

● Búsqueda de información en diversas fuentes. Selección y organización de los datos encontrados.

● Producción de diversos textos acerca de los temas seleccionados.

● Consulta a otras fuentes de información (entrevistas, filmaciones) para establecer vínculos con lo aprendido.

● Escritura en relación con el producto seleccionado (planificación, puesta en texto y revisiones). Reorganización de la información disponible.

● Edición del texto.

 

Presentación del tema

La formación de los niños en las prácticas de lectura y escritura requiere enfrentarlos a los desafíos que presentan los textos que comunican información acerca del mundo social y natural. En este caso, se ha elegido plantear saber más sobre los dinosaurios y las situaciones que se presentan en este capítulo dan cuenta de un recorrido realizado. En su planificación, usted optará por el tema que considere más adecuado para su propio grupo clase y a la cantidad, variedad y pertinencia de los materiales que tenga disponibles.

Puede comenzar preguntando a sus alumnos:

¿Saben quiénes fueron algunos de los animales más antiguos que reinaron en nuestro planeta?

Seguramente, harán referencia a los dinosaurios y se podría anticipar que los consideran como los únicos animales que habitaron la Tierra en el pasado. Con el propósito de relativizar esta hipótesis, presénteles una colección de dibujos realistas entre los que se incluyen dinosaurios muy conocidos por los niños (, por ejemplo) y otros animales extinguidos que suelen ser confundidos con los dinosaurios aunque algunos compartieron su mismo tiempo y otros vivieron en distintas eras: algunos reptiles ( –una especie de tortuga cuyo fósil fue encontrado en la Provincia de Santa Cruz y datada con una antigüedad de 70.000.000 de años–, pterosaurios, ictosaurios, mamíferos () y aves ().

Para orientar la observación, puede realizar preguntas como las siguientes:

¿Qué tienen en común estos animales? ¿Habrán vivido en la misma época que los dinosaurios? ¿Con qué animales actuales tiene algún parecido?

Registre las ideas de los niños en un afiche. Tenerlas a mano permitirá tomarlas en cuenta a lo largo de todo el desarrollo del proyecto con el propósito de ampliarlas, especificar más lo que se desea conocer y corroborarlas o descartarlas a través de la consulta de libros de divulgación, enciclopedias y revistas.

Organice la clase en parejas para iniciar la búsqueda de información sobre dos especímenes, uno de la variedad dinosaurios y otro que pertenezca a otra clasificación. Luego, sistematice los datos recabados por todo el grupo clase en cuadros organizados a partir de las categorías:

1. Animales que habitaron la Tierra: antes, al mismo tiempo que, y después de los dinosaurios.

2. Características propias de los dinosaurios y de los que no lo son: nacen de, tienen el cuerpo recubierto por, formas de locomoción, miembros superiores, miembros inferiores, cantidad de dedos, por ejemplo.

Para completar estos cuadros, cada pareja dictará al docente los datos encontrados. Seguramente, este primer acercamiento promoverá en los niños nuevos interrogantes sobre los dinosaurios. Es una buena ocasión para proponer conocerlos en profundidad y comunicar esos conocimientos a otros. Tome en cuenta para esta comunicación alguno de los productos sugeridos.

Una vez definido el producto a realizar, explicite los propósitos y los destinatarios. Oriente la elaboración de un plan posible de trabajo que incluya:

● la búsqueda de información, la lectura y el registro de las fuentes de información relevadas;

● la observación y recolección de imágenes y/ o filmaciones;

● el contacto con especialistas o sitios especializados que puedan brindar más datos sobre el tema.

Algunas intervenciones pueden ser apropiadas para orientar esta parte del proceso:

Pensemos en todo lo que tenemos que hacer para investigar sobre los dinosaurios. ¿Cómo empezamos? ¿Dónde buscamos información? ¿Será importante conseguir filmaciones? ¿Y a alguien que sepa mucho sobre ellos para entrevistar? ¿Hay un museo en la zona que nos pueda aportar información?...

Sin embargo, es probable que los niños no dispongan de la información necesaria para responder estos interrogantes. Es la escuela la que amplía el universo cultural con el que los niños llegan a ella y será usted uno de los informantes principales. Para profundizar los saberes de los niños, resultará adecuado promover la indagación sobre determinadas características:

● Grupo al que pertenecían (Saurisquios u Ornitisquios).

● Tipo de dieta.

● Región donde habitaban.

● Altura, longitud y peso.

● Modos de vida (comportamientos relativos al cuidado de las crías, formas de conseguir el alimento, migraciones).

● Causas de la extinción.

● Fuentes de información de los científicos (cómo se sabe hoy de ellos –y fundamentalmente de sus comportamientos– si son animales ya extinguidos).

Una vez decidido hacia dónde apuntará el trabajo de indagación, lectura y escritura que les espera, se anota qué desearían saber sobre los dinosaurios. Estas primeras curiosidades seguramente serán ampliadas a medida que se sumerjan en el tema.

 

 

 

Los niños leen y el maestro ayuda a leer

Búsqueda de información: organización y exploración del material

Propóngales reunir toda la información disponible de bibliotecas escolares o familiares, de Internet, del aporte de otras fuentes (canales especializados en programas documentales, por ejemplo).

Es importante que, en esta instancia, analice los materiales que van llegando al grado para prever intervenciones que aseguren el avance de la tarea. Por ejemplo, que informen exclusivamente sobre el tema investigado; que incluyan además otros temas pertinentes; algunos que contengan información pero que los títulos y entradas al tema no permitan anticipar fácilmente qué se hallará; que no contengan información sobre el tema.

Procure que los materiales posean información adecuada desde el punto de vista científico, que no distorsionen la información (por ejemplo, textos que atribuyan intencionalidad humana al comportamiento animal), que usen léxico específico de la disciplina (hembra/macho, ovíparo/placentarios, carnívoros/omnívoros), que los índices, títulos, subtítulos, resaltados y otros aspectos paratextuales resulten claros ya que facilitan la exploración general, la búsqueda de información específica y la puesta en marcha de estrategias para el logro de los diferentes propósitos de lectura.

Recomiéndeles un seguimiento de los diferentes medios de comunicación para estar atentos a la publicación de alguna novedad sobre lo que se está estudiando. Será interesante analizar en qué ocasiones es adecuado incorporar alguna noticia de actualidad.

La diversidad de escritos que irrumpe en el aula tiene como propósito que los niños construyan progresivamente criterios de selección para hallar lo que buscan, estableciendo relaciones entre lo que saben del tema y los datos que provee el texto atendiendo al modo en que la información se organiza en cada portador.

Con material suficiente, proponga una situación de exploración para que los niños tengan la oportunidad de mirar, hojear y comentar lo que van observando.

Nosotros vamos a estudiar sobre los dinosaurios, tratemos de leer y decidir cuáles de estos materiales nos pueden servir para saber más sobre los dinosaurios.

A medida que seleccionan, ofrézcales pistas para ayudar a la exploración y, sobre todo, para que sostengan el propósito de la búsqueda. Es probable que los alumnos pierdan ese sentido cuando se encuentren con imágenes y textos atractivos.

Fíjense y marquen cuáles pueden aportar información sobre las variedades de dinosaurios que han existido, sobre el tipo de alimentación, los tamaños que tienen, cómo nacen...

Súmese a la actividad que los niños están desplegando leyendo algunos párrafos, señalando algunas ilustraciones, leyendo epígrafes de imágenes, infografías, dando información sobre las fuentes, etc. Como en general se trata de textos complejos, aporte información realizando breves explicaciones, planteando interrogantes que den lugar a un primer acercamiento a los mismos.

Sugiera señalar las páginas seleccionadas para retomarlas en los momentos de búsqueda de información específica.

 

Lectura compartida

Muchos de los textos que llegan al aula –así como muchos de los que aquí se proponen– no fueron escritos especialmente para niños pequeños (enciclopedias, fascículos temáticos, páginas web, diccionarios visuales, folletos de museos) y, por lo tanto, suponen un conocimiento previo del tema en los lectores, omiten explicaciones por considerarlas innecesarias y utilizan un vocabulario técnico que puede resultar complejo para los niños.

Cuando los niños se enfrentan directamente con situaciones de lectura cuyo propósito es “saber más acerca de un tema”, la enseñanza exige generar ciertas condiciones para que les sea posible abordar estos textos de manera cada vez más autónoma. Comience por seleccionar alguno de los materiales disponibles. Usted puede leer el título del artículo o la nota y los primeros párrafos, interrumpir la lectura y preguntar:

¿Qué información sobre los dinosaurios piensan que, seguramente, encontrarán aquí?

Anote las predicciones que han realizado. Continúe con la lectura del artí- culo y, al finalizar, discutan en qué medida se corroboraron.

Ustedes dijeron que el texto seguramente se refería a la dieta de estos animales, ¿era así efectivamente?

¿Qué informaciones sobre los dinosaurios nos da el texto que acabamos de leer? Esperen... Voy anotando los temas que aparecieron.

Estos lectores necesitarán ayuda para establecer las inferencias y relaciones entre ideas que se expresan en diversas partes del texto. Las intervenciones están dirigidas a lograr que los niños puedan leer por sí mismos, lleguen a comprender mejor aquello que leen y a advertir cuándo no están entendiendo, se atrevan a continuar leyendo sin abandonar el desafío frente al primer obstáculo que el texto les presenta. Lea y relea tantas veces como sea necesario, deténgase para realizar comentarios sobre ciertas expresiones, enfatice con su voz algunos pasajes para que los niños reparen en ellos por su relevancia, aporte datos sobre lo que se está leyendo. Se trata de lograr que progresen en el uso de estrategias efectivas de abordaje para esta modalidad de lectura particular.

Para que un texto considerado “difícil” pueda hacerse accesible a los ni- ños, es necesario instalar además, durante la lectura, ciertas reflexiones que colaboren con la construcción de sentido. En este caso, por ejemplo, se puede comenzar leyendo el título: e incluir algunas explicaciones sobre el tema para promover la comprensión sobre lo que se está leyendo.

El texto sobre fósiles habla del proceso de petrificación, ¿saben qué quiere decir? Petrificar se refiere a convertir o transformar algo en piedra.

¿Qué nos dice este texto en relación con qué son los fósiles y cómo se formaron?

En este párrafo, la palabra “hueso” está escrita entre comillas, les leo: “Así un “hueso” de dinosaurio no es en realidad un hueso sino una roca sólida.” ¿Por qué les parece que hueso estará entre comillas?

Continúe leyendo y . Nuevamente, abra un espacio de opinión para dar lugar a que aparezcan las distintas interpretaciones que los niños tienen sobre lo leído. Los textos informativos también se interpretan de acuerdo a los conocimientos previos que, sobre el tema, estén disponibles para el lector; aunque a usted le parezcan transparentes, el único modo de enterarse qué están entendiendo los niños, es darles la palabra:

¿Qué son sedimentos? ¿A qué se referirá con “la cavidad dejada por el organismo”? ¿Cuál es la diferencia entre cada uno de los fósiles?

¿Cuál es la función del ámbar?

¿Qué diferencias observan en la formulación de estos títulos?

Uno de los propósitos de estas intervenciones consiste en poner a discusión las diversas maneras en que los autores formulan los títulos y subtítulos. Algunos ayudan al lector a anticipar el contenido que se explicita y otros, en cambio, son más opacos y se resignifican una vez leído el texto.

 

Texto 1 Origen y distribución

Texto 2 ¿Qué es un dinosaurio?

Texto 3 ¿Qué son los dinosaurios?

● El CUÁNDO y el DÓNDE de los dinosaurios

● ¿Qué ES, si algo es, un dinosaurio?

● ¿Qué NO ES un dinosaurio?

● ¿Qué significa el NOMBRE de los dinosaurios?

● ¿A partir de qué evolucionaron?

● Hecho para correr

 

●LOS PRIMEROS DINOSAURIOS

● Distintos dinosaurios

 

● Animales prehistóricos

 

● ¿Qué son los reptiles?

 

● Cambios en el mundo

 

Se puede plantear un intercambio acerca de las similitudes y diferencias en relación con el cómo está dicho, la distribución en el texto completo, la información que cada uno aporta, los interrogantes que introduce.

Algunas intervenciones posibles:

¿Es lo mismo decir “¿qué es un dinosaurio?” que decir “¿qué son los dinosaurios? ”

Fíjense cómo se usan las mayúsculas en el texto de Chiarelli: ¿Por qué ES y NO las habrán escrito con mayúsculas? ¿Será por el mismo motivo que se usó la mayúscula para el subtítulo del texto de Larousse?

Las situaciones de intercambio introducen la reflexión sobre el lenguaje para facilitar la interpretación cada vez más ajustada de los textos y va a dar lugar, inevitablemente, a la sistematización de algunos recursos lingüísticos que son imprescindibles para la construcción de sentido.

A medida que se avanza en las situaciones de lectura de estos textos con el propósito de saber más sobre los dinosaurios, los niños tienen mayores conocimientos que les permiten leer para informarse de manera general y para localizar informaciones específicas. La lectura compartida permite que los niños progresen en sus posibilidades como lectores, de situaciones de lectura fuertemente orientadas por el docente a espacios de lectura cada vez más autónomos.

 

Momentos de lectura de los niños por sí mismos

Buscar información específica dentro del texto completo

Proponga múltiples situaciones para buscar en los textos informaciones específicas que den respuestas a los interrogantes que emergen durante el desarrollo del proyecto. En la medida de lo posible, organice la clase por parejas para favorecer la interacción entre los niños antes de llegar a la instancia colectiva.

Esta es una buena oportunidad para proponer diferentes problemas de lectura teniendo en cuenta los distintos desempeños de los niños. Por ejemplo:

● Para los niños que aún no han logrado enfrentar la lectura por sí mismos, una actividad que se les puede plantear es la búsqueda en el glosario: ¿dónde dice carnívoro, herbívoro y dónde carroñero? Una vez localizada la palabra, usted podrá leerles la definición correspondiente.

● Para los niños que ya leen de manera autónoma, la consigna podría consistir en buscar ejemplos de dinosaurios carnívoros y herbívoros y explicitar algunas de sus características.

 

Escribir en torno a lo leído

Fichas bibliográficas

Así como resulta necesario que los niños se refieran a los autores, colecciones o ilustradores de los textos ficcionales, cuando intercambian impactos sobre una obra, recomiendan o solicitan el libro que se llevarán en préstamo… también es necesario que adquieran progresivamente maneras adecuadas de referirse a los materiales de información. Esto promueve la adquisición de prácticas de lectura, escritura y exposición oral que mejora sus desempeños como lectores y como estudiantes. Coménteles que, para referirse a los libros y artículos, es importante designarlos apropiadamente. Acuerden formas de nombrarlos: Larousse, El Larousse de los Dinosaurios o el de Barret y Sanz, por ejemplo.

Como se volverá a ellos en reiteradas oportunidades a lo largo del desarrollo del proyecto, es una buena situación de escritura la producción de fichas a las que puedan recurrir cada vez que necesiten escribir las referencias. Puede proponerles analizar cómo están citados los materiales bibliográficos en algunas enciclopedias, fascículos o revistas temáticas que están utilizando.

 

Tomar notas a partir de la lectura

Después de las sesiones de lectura, proponga el registro de los aspectos del contenido tratado que se consideran más significativos en función del propósito planteado. Estas anotaciones constituirán el punto de partida para reelaborar y reorganizar la información recogida con el propósito de producir las notas de la enciclopedia o los cuadros que formarán parte del producto final del proyecto que usted haya elegido.

Es conveniente proponer inicialmente una toma de notas de manera colectiva con el objeto de discutir con la totalidad del grupo qué información resulta pertinente registrar y cuál es la forma más conveniente para recuperarla pero sin olvidar que la toma de notas es de uso personal, que no hay nada establecido acerca de cómo se deben tomar notas, que en general adoptan un forma particular en función de quien las produce. Por ejemplo: se pueden usar diagramas con flechas o sin flechas, esquemas, cuadros comparativos, registrar palabras claves o apuntar frases importantes, completar infografías, etc. De esta manera, contarán con mayores herramientas cuando trabajen individualmente o en parejas avanzando hacia el logro de una mayor autonomía en la elaboración de sus producciones.

Escuchar una exposición

Escuchar al maestro exponer es una excelente oportunidad para que los niños participen de una situación que les permitirá comenzar a comprender qué se espera de ellos cuando se les solicita que expongan un tema.

Seleccione un aspecto interesante para el propósito del trabajo y central, en relación con el contenido que se aborda. La clasificación de los dinosaurios de acuerdo a las caderas, por ejemplo.

De manera colectiva, recuperando las notas individuales tomadas durante la exposición, se completa un cuadro que permite organizar la información o elaborar generalizaciones.

Actualmente se reconocen dos tipos de dinosaurios tomando como criterio la disposición de los huesos de la cadera: los Saurisquios (cadera tipo lagarto) y los Ornitisquios (cadera tipo ave); algunos eran carnívoros y otros herbívoros; el tipo de boca guarda relación con el alimento consumido; algunos se desplazan en dos patas y otros en cuatro.

 

Observar filmaciones

La presentación de filmaciones es otro modo de obtener información. Los videos sobre el tema, como Caminando entre dinosaurios, son fácilmente localizables en Internet. Antes de comenzar a ver el video, explicite los propósitos de la situación. Una vez finalizada la proyección proponga ver nuevamente algunas partes del video deteniendo la proyección para: observar con mayor detenimiento aspectos que han sido objeto de estudio, corroborar las notas que se han producido en base a otras fuentes, ejemplificar mejor aquello que se está estudiando, posibilitar el registro de aspectos nuevos que la filmación aporta a lo que ya sabían. Las notas realizadas en esta oportunidad, también pueden compartirse para dejar un único texto en común.

 
Entrevistar a un especialista

Siempre es posible contar con un experto que acepte la invitación de los niños para responder a sus interrogantes. Algunas veces, están más cerca de lo que se supone y la escuela puede invitarlos o llegar hasta ellos. Otras, son las nuevas tecnologías las que posibilitan establecer este diálogo a distancia. En todos los casos, preguntar de manera pertinente y ordenada o repreguntar cuando una respuesta requiere de mayor explicación exige un cierto dominio del tema y, también, una planificación específica.

Seleccione algunas entrevistas que resulten interesantes porque el contenido o el entrevistado resultan conocidos para los niños: a un autor cuyos textos han leído, a personajes del mundo del deporte, de la radio o la televisión, por ejemplo. Analizando estos materiales, los niños podrán advertir que las preguntas y las intervenciones del entrevistador no son ingenuas. Podrán poner en discusión que, para realizar una entrevista, resulta necesario una cuidadosa búsqueda y selección de información previa, pues esto permitirá diseñar un cuestionario adecuado al tema, al propósito y a la persona entrevistada.

Proponga que, en pequeños grupos, discutan qué más de los dinosaurios quieren conocer y realicen las preguntas. Luego, retómelas para hacer un único cuestionario de manera colectiva. Léanlas a medida que va anotándolas en un papel afiche. La elaboración del cuestionario permitirá objetivar qué se sabe sobre el tema y sobre qué aspectos es necesario aún seguir averiguando. Entrevistar a un especialista es una nueva oportunidad de encontrar explicaciones para aquellos interrogantes que permanecen a pesar del proceso transitado.

La primera revisión trata de advertir qué preguntas están repetidas aunque se formulen de manera diferente, en qué orden se van a realizar, qué información se puede obtener de cada una de ellas. Algunas preguntas podrían ser una “invitación” para que el entrevistado se explaye de manera más libre, por ejemplo:

¿Podría profundizar sobre las clases de dinosaurios y sus características?

Prevea que, en ocasiones, algunas respuestas no dan toda la información que se pretende obtener de acuerdo a lo planificado. Por eso resulta necesario elaborar algunas preguntas directas que retomen cuestiones específicas.

También es necesario orientar la atención de los niños hacia las maneras de dirigirse al entrevistado. Discutir si pueden hablar con él de la misma forma en que lo hacen con un compañero del aula o si debe tenerse en cuenta la formalidad que requiere esta particular situación comunicativa.

Una vez elaborado el cuestionario, proponga ensayarlo. Usted puede asumir el rol del entrevistado. Se graba, se escucha la grabación y luego se discute sobre los problemas que pudieron evidenciarse. El ensayo permite eliminar preguntas que han sido respondidas a partir de otras, prever repreguntas, evaluar la extensión que demandará el encuentro. Como se trata de niños pequeños, asegura también que los turnos de habla se distribuyan adecuadamente y que ganen seguridad en la lectura para que puedan estar más atentos a las respuestas.

Acontecida la entrevista, si forma parte de los textos que se publicarán en el folleto informativo sobre los dinosaurios, la transcripción de la grabación en pequeños grupos resulta un desafío. En principio, se trata de una situación de dictado donde los alumnos pueden “parar” y volver a escuchar a quien dicta cada vez que lo necesiten.

En la revisión, hay que eliminar muletillas y repeticiones propias de la lengua oral restituyendo otros aspectos que se dieron por sobreentendidos: silencios, exclamaciones, gestos. También será necesario elaborar un breve texto de presentación del entrevistado; explicitar los propósitos que llevaron a consultarlo; comentar el ambiente que se generó durante el encuentro; decidir si se transcriben fragmentos o la entrevista completa; si algunas partes se transcriben y otras se comentan; de qué manera se comunican emociones y tonos.

 

Recapitular lo aprendido

Una vez que usted considere finalizado el proceso de búsqueda, lectura y registro de información –ya que el tema podría extenderse ilimitadamente si se deja esta decisión en manos de los niños– es pertinente hacer una pausa que permita advertir lo aprendido hasta el momento. Para ello, solicite a los alumnos que, en pequeños grupos, escriban todo lo que saben sobre los dinosaurios. Las informaciones de los afiches murales y de las tomas de notas de los cuadernos facilitan esta tarea.

Seguidamente, proponga a cada grupo leer lo escrito con el propósito de realizar un resumen colectivo que será insumo para la producción del producto final del proyecto.

 

Escribir en relación con el producto seleccionado

Para la elaboración de los textos que conformarán la publicación decidida, proponga a los alumnos volver a las notas y registros de datos que han realizado.

Permita anticipar la organización de la publicación, los textos que formarán parte de ella, su diagramación y edición. Vuelva sobre aquellos textos de circulación social que funcionarán como “modelos” de la propia producción analizando especialmente el formato del portador y la forma de presentación de la información.

Luego, proponga escribir y revisar los textos que formaran parte de la publicación. Los apuntes producidos en la etapa precedente necesitarán transformarse en los textos para publicar.

Durante el desarrollo de la situación de escritura, es imprescindible promover nuevas discusiones. Saber mucho sobre un tema no es suficiente para poder escribir sobre él. Los niños necesitan reflexionar acerca de la manera en que la información se organiza por escrito:

Recuerden cómo decía en los textos, les leo, “grupo de vertebrados terrestres, de naturaleza reptiliana”; “gigantescos herbívoros y minúsculos carnívoros”.

Promueva espacios para que los niños revisen sus textos, dando oportunidad para que cada uno relea su escrito; leyendo una producción grupal para analizarla con toda la clase; proponiendo la reflexión sobre aspectos específicos en pequeños grupos; realizando señalamientos puntuales, escritos u orales, sobre los textos que se van produciendo.

Durante el proceso de revisión, discuta las diferentes opciones dadas por los niños para elegir la más adecuada; proponga alternativas de resolución cuando lo crea conveniente; invite a recurrir a los textos para ver cómo está escrito en los libros de los dinosaurios o remítalos a su carpeta de reflexión sobre el lenguaje, si ya ha sido inaugurada.

Fíjense cómo están clasificados los dinosaurios en el texto de la editorial Océano y cómo en Larousse.

Para estar más seguros acerca de cómo usar las mayúsculas en los títulos pueden buscar en la carpeta de reflexión… ¿Recuerdan que anotamos algunas conclusiones sobre las convencionalidades en el uso de las mayúsculas?

Si buscan en la carpeta de reflexión el listado de palabras que se usaban para caracterizar a los dinosaurios les puede ayudar a encontrar una más apropiada para decir que habitaron la tierra durante muchísimos años y en todos los continentes.

Estas situaciones de revisión permitirán a los niños tener una nueva mirada sobre lo escrito antes de su edición.

Finalmente, proponga y el fascículo, la revista, la cartelera o el álbum. Los textos pueden ser escritos y editados en forma manual o con procesador de textos. Si se cuenta con esta herramienta tecnológica, es muy valioso iniciar a los niños en su uso y aprovechar los beneficios que ella brinda.

Promueva decisiones en torno a la elección y redacción de los títulos, subtítulos, índice, glosarios; cómo se incluyen los textos, las imágenes, la tipografía a utilizar, la lista de los autores. Nuevamente, será necesario volver a los libros consultados; esta vez, para tomar decisiones de edición.

Es esperable que, aunque se haya trabajado mucho en la revisión de los textos, persistan algunos problemas ortográficos. Si el escrito sale del aula, tiene que estar convencionalmente escrito para garantizar su éxito comunicativo. Cuando se han producido reflexiones ortográficas interesantes durante el desarrollo del Proyecto, hay una carpeta que permite revisar el modo correcto de escribir palabras de aparición frecuente en este contexto; sobre todo, ciertos lexemas como en carnívoros, herbívoros, omnívoros; la relación entre la escritura de vos y de ovíparos que se reencuentra en sos y óseo, por ejemplo.

Cuando se pasan en limpio los escritos en procesadores de texto, es el momento de incluir la función del corrector ortográfico y desentrañar por qué algunas palabras aparecen subrayadas en color rojo. Sin embargo, siempre será el maestro quien tendrá a su cargo revisar ortográficamente la versión final de los breves textos que han elaborado sus alumnos a la manera del “corrector externo” de una editorial y decidir cuáles de sus correcciones merecerán un nuevo espacio de reflexión conjunta.

Sobre dinosaurios

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