Anexo Ciencias Naturales
Algunas consideraciones para tener en cuenta a la hora de “hacer” ciencias.
La propuesta de trabajo, al igual que toda actividad, tiene que partir de una problemática puntual. Las concepciones de los alumnos van a determinar sus respuestas ante las diferentes situaciones de aprendizaje: van a influir en sus observaciones y en la información que recojan de ellas, en la interpretación que hagan de esta información, en las hipótesis que formulen, en cómo “lean” los problemas, etc. La clave del aprendizaje va a residir en las relaciones que los alumnos puedan establecer entre ese conocimiento y el que les proponemos con el objetivo de que puedan comprender el mundo de una manera más acorde con los planteos de la ciencia.
Como los saberes previos de los alumnos son teorías implícitas que éstos tienen sobre el mundo, debemos lograr que se expresen e inferir sus concepciones a medida que las expliciten a través de dibujos, verbalización oral o escrita, gestos u otras acciones. El trabajo que planifiquemos deberá contemplar estrategias didácticas para indagar concepciones previas.
Ejemplos:
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Pedir dibujos con leyendas.
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Hacer preguntas sobre la explicación de hechos puntuales que se encuentran cotidianamente
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Pedir que expliquen un esquema, una imagen de alguna actividad social, tomado de un libro
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Hacer que se discuta una concepción de un alumno, confrontar la clase con una creencia actual y otra antigua sacada de la historia de las ciencias
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Hablar sobre analogías y argumentar sobre su elección (por ej.: un pulmón ¿es más bien una esponja o una bolsa de plástico?)
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Colocar a los alumnos en situaciones en las que tengan que razonar en negativo (¿y si el sol no existiera?)
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Provocar una contradicción aparente y dejar que los alumnos la discutan (se dice que cuando respiramos expulsamos “aire viciado”, ¿por qué se hace entonces el “boca a boca”? Si el agua de mar se evapora para formar nubes ¿por qué la lluvia no es salada?)